5 consejos para ir con tu perro a la playa

Compartir un día de playa con tu perro puede ser uno de los mejores planes del verano. El sol, el mar y el juego en la arena son una combinación ideal para disfrutar al aire libre con tu compañero de cuatro patas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el entorno playero presenta ciertos riesgos para los perros, especialmente cuando hace calor. Por eso, es fundamental ir preparado y tomar algunas precauciones básicas que garanticen su bienestar. Aquí te contamos cinco medidas clave para que el día transcurra con total seguridad.

1. Llévale abundante agua fresca

El calor del verano y la actividad física en la playa hacen que los perros se deshidraten mucho más rápido de lo habitual. Por ello, es esencial que lleves suficiente agua fresca para ofrecerle durante todo el día. Intenta que beba pequeñas cantidades con frecuencia y evita, en la medida de lo posible, que ingiera agua del mar. 

El agua salada no sacia la sed y al ingerirla, puede causar vómitos y diarrea líquida, a veces incluso mientras estáis todavía en la playa. Aunque estos síntomas pueden ser comunes tras beber agua salada, no debes ignorarlos. Si ves que tu perro está afectado, retíralo del sol, proporciónale agua dulce y observa su evolución.

2. Ofrécele siempre un lugar con sombra

Durante las horas de más calor, el sol puede ser especialmente dañino para tu perro. Al igual que los humanos, ellos también pueden sufrir un golpe de calor, y en su caso, los síntomas pueden aparecer de forma rápida y peligrosa. Por eso, asegúrate de que siempre tenga un lugar donde resguardarse del sol. 

Si la playa no cuenta con zonas naturales de sombra, como árboles o formaciones rocosas, lleva una sombrilla o un toldo portátil. Colócala en un lugar ventilado y, si es posible, cerca del agua para que el ambiente sea más fresco. Además, evita los paseos largos en las horas centrales del día y vigila cualquier signo de fatiga, jadeo excesivo o comportamiento anómalo.

Si notas que algo no va bien con tu peludo, en la aplicación Friendog podrás encontrar la ayuda veterinaria más cercana y registrar todos los síntomas para llevar un mejor control de su salud.

3. Protege su piel y sus almohadillas

La arena puede alcanzar temperaturas muy elevadas, especialmente en las horas de más calor y caminar sobre ella sin protección puede causarle quemaduras en las almohadillas. 

Para prevenirlo, puedes aplicar productos específicos como bálsamos protectores o ceras que refuercen la piel de sus patas. Por otro lado, no olvides proteger su piel de las quemaduras solares, utilizando un protector solar apto para perros.

4. Supervisa siempre que tu perro este en el agua de la playa

Aunque muchas personas creen que todos los perros saben nadar de forma instintiva, esto no es del todo cierto. Algunos disfrutan del agua desde el primer momento, pero otros pueden sentirse inseguros o simplemente no tener la fuerza física suficiente para mantenerse a flote, especialmente si hay olas o corriente. 

Nunca des por hecho que tu perro se desenvolverá bien en el mar, obsérvalo en todo momento mientras esté en el agua, y si detectas que le cuesta nadar o que se cansa con facilidad, considera la opción de ponerle un chaleco salvavidas. 

5. Límpiale bien al final del día

Después de un día entero en la playa, es habitual que tu perro termine con el cuerpo lleno de arena, sal y restos marinos, estos elementos, aunque parezcan inofensivos, pueden causar irritaciones en la piel o incluso desencadenar una dermatitis si no se eliminan correctamente. Por eso, dedica un tiempo a aclararle bien con agua dulce asegurándote de limpiar todas las zonas del cuerpo, incluyendo entre los dedos, la barriga, las orejas y la base de la cola.

Con estas precauciones, el día de playa será tan agradable para tu perro como para ti, y podréis disfrutar del mar, el sol y la arena sin contratiempos. Si quieres descubrir más recomendaciones para cuidar de tu peludo, en la aplicación Friendog encontrarás toda la información que necesitas.

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